Investigadores de la Universidad de Rutgers y la Universidad de Carolina del Sur han demostrado, que los monitores de presión de los neumáticos en los vehículos modernos son inseguros. Los sensores inalámbricos, obligatorios en los automóviles nuevos en los EE.UU. desde 2008 y ampliamente extendidos por todo el mundo,
se pueden utilizar para rastrear vehículos o para introducir datos peligrosos a las unidades de control electrónico (ECU), provocando así su mal funcnionemiento.
A principios de año, los investigadores de la Universidad de Washington y la Universidad de California en San Diego mostró que las UCE podría ser hackeada, dando a los atacantes la capacidad de ser bastante molestos, al permitir el acceso a los limpiaparabrisas o tocando la bocina, y también peligrosos, mediante la desactivación de los frenos o el bloqueo del acelerador.
La nueva investigación demuestra que otros sistemas en el vehículo son igualmente inseguros. Los monitores de presión de los neumáticos se caracterizan porque son inalámbricos, por lo que permiten los ataques, estos se podrán realizar desde los vehículos adyacentes o desde una ubicación cercana, a diferencia de la anterior investigación en la que se accedia directament a la ECU para realizar el ataque. Los investigadores utilizaron equipo que cuesta 1.500 $, incluyendo los sensores de radio y un software especial, para espiar, e interferir con dos diferentes sistemas de control de presión de neumáticos.
A principios de año, los investigadores de la Universidad de Washington y la Universidad de California en San Diego mostró que las UCE podría ser hackeada, dando a los atacantes la capacidad de ser bastante molestos, al permitir el acceso a los limpiaparabrisas o tocando la bocina, y también peligrosos, mediante la desactivación de los frenos o el bloqueo del acelerador.
La nueva investigación demuestra que otros sistemas en el vehículo son igualmente inseguros. Los monitores de presión de los neumáticos se caracterizan porque son inalámbricos, por lo que permiten los ataques, estos se podrán realizar desde los vehículos adyacentes o desde una ubicación cercana, a diferencia de la anterior investigación en la que se accedia directament a la ECU para realizar el ataque. Los investigadores utilizaron equipo que cuesta 1.500 $, incluyendo los sensores de radio y un software especial, para espiar, e interferir con dos diferentes sistemas de control de presión de neumáticos.
Los sensores de presión contienen identificadores únicos, asi que tan sólo permitió las escuchas a distancia a los investigadores pudiendo identificar y rastrear vehículos. Más allá de esto, podrían alterar y falsificar las lecturas para encenderlas luces de aviso en el salpicadero, o inhabilitar la ECU por completo.
A diferencia de la obra a principios de este año, estos nuevos ataques son más una molestia que un peligro real, los sensores de los neumáticos sólo envian un mensaje cada 60-90 segundos por lo que no hay suficiente tiempo para la captura de paquetes, dando pocas oportunidades a los atacantes para comprometer los sistemas o causen algún daño real. Sin embargo, ambos trabajos de investigación demuestran que estos equipos en el coche han sido diseñados con las medidas de seguridad poco eficaces.
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